En el panorama en constante evolución de la gestión de producto, el papel de la propiedad del producto se erige como un punto fundamental de discusión y debate.
Tradicionalmente, esta responsabilidad se ha dividido entre gerentes de producto (product managers) y product owners, cada uno con funciones y áreas de enfoque distintas.
Sin embargo, a medida que las organizaciones se esfuerzan por lograr una mayor agilidad y eficiencia, existe un reconocimiento creciente de la necesidad de repensar esta división y unificar estos roles para una gestión de productos más eficaz.
Históricamente, al gerente de producto se le ha encomendado la tarea de interactuar con las partes interesadas del negocio y los clientes, comprender las necesidades del mercado y establecer la dirección estratégica para el producto.
Por otro lado, el product owner a menudo ha sido visto como el enlace entre el equipo de desarrollo y el resto de la organización, responsable de priorizar las funcionalidades y gestionar el trabajo pendiente del producto.
Básicamente ordenar y gestionar el famoso product backlog.
Si bien esta división del trabajo puede haber parecido lógica en el pasado, ha generado varios desafíos e ineficiencias.
Los canales de comunicación aislados, las prioridades conflictivas y la falta de entendimiento compartido han contribuido a retrasos en la entrega de productos y a la pérdida de oportunidades de innovación.
Y sobretodo, lo más importante, la demora de la entrega de valor a cliente.
¿Cómo abordamos el desafío de la gestión de producto?
Para abordar estos problemas, las organizaciones con visión de futuro están adoptando un nuevo enfoque de propiedad del producto, uno que busca unificar los roles de product manager y product owner en una responsabilidad única y cohesiva.
Al consolidar estas responsabilidades, los equipos pueden lograr varios beneficios clave:
- Comunicación optimizada: con una persona que actúa como punto de contacto principal tanto para las partes interesadas internas como para los equipos de desarrollo, la comunicación se vuelve más ágil y eficiente. Esto elimina la necesidad de que la información pase a través de múltiples canales, lo que reduce el riesgo de falta de comunicación y garantiza que todos estén alineados con la visión del producto.
- Toma de decisiones más rápida: al reunir conocimientos estratégicos y experiencia técnica en una sola función, las organizaciones pueden tomar decisiones con mayor rapidez y confianza. Los gerentes de producto que participan activamente en el proceso de desarrollo pueden brindar aportes valiosos sobre consideraciones técnicas y de viabilidad, lo que permite a los equipos avanzar con mayor velocidad y agilidad.
- Responsabilidad mejorada: al unir la gestión de productos y la propiedad del producto, los equipos pueden establecer líneas de responsabilidad y responsabilidad más claras. Esto garantiza que las decisiones se tomen teniendo en cuenta los mejores intereses del producto y que todos sean responsables de sus contribuciones a su éxito.
- Colaboración mejorada: cuando los gerentes de producto y los propietarios de producto trabajan en estrecha colaboración, pueden fomentar una cultura de colaboración y trabajo en equipo multifuncional.
Abordar estos desafíos, permite a los equipos aprovechar las diversas habilidades y perspectivas de todos los miembros del equipo, lo que lleva a soluciones más innovadoras y mejores resultados para el producto.
¿Cómo llega esto a la práctica?
Durante la práctica, este enfoque unificado de propiedad del producto requiere un cambio de mentalidad y la voluntad de romper las barreras tradicionales entre roles y departamentos.
Hablando en otras palabras, los mismos desafíos que traen las transformaciones ágiles o los cambios organizativos grandes.
En cualquier caso, estos cambios requieren que los gerentes de producto participen más activamente en el proceso de desarrollo.
Además, los product owners deben adoptar una visión más estratégica y amplia de las metas y objetivos del producto.
En última instancia, repensar la propiedad del producto no se trata sólo de cambiar los títulos de los puestos de trabajo, sino de crear un enfoque más colaborativo, eficiente y eficaz para la gestión de productos.
Al unificar estos roles de la gestión de producto, las organizaciones pueden desbloquear nuevos niveles de innovación y lograr un mayor éxito en el competitivo mercado actual para entregar valor al cliente.